Desde tiempos remotos, gentes de todas las épocas y culturas han visitado y peregrinado a los centros de poder y lugares sagrados. Estos lugares mágicos tienen la misteriosa capacidad de sanar nuestro cuerpo, calmar nuestra mente e inspirar nuestro corazón. En estos lugares, el mundo físico y el espiritual parecen ir juntos de la mano.
Pueden ser privilegiados entornos naturales o estar asociados a monumentos o construcciones religiosas de cualquier culto, pero siempre conectados a mitos, leyendas, antiguos dioses, héroes o santos. No necesitas ser un creyente para reconocer y experimentar el maravilloso poder de estos lugares sagrados.
Desde Axis Mundi nos dedicamos a descubrir estos lugares de poder. Nuestro objetivo es dar al viajero la oportunidad de conectar con estos lugares. Conocerás la historia del lugar, sus leyendas, sus valores y te ayudaremos a sentir la magia del lugar, a conectar con su espiritualidad. Buscamos comprender conociendo, pero también buscamos “comprender sintiendo”. La visita a los lugares de poder, además de proporcionarnos excelentes momentos de íntima felicidad, tiene la facultad de , a veces, despertar en nosotros intuiciones que nos marcan para el resto de nuestra vida.
En nuestros viajes, seguiremos los pasos de la sabiduría ancestral de los pueblos que nos precedieron; misteriosos pueblos megalíticos del amanecer de la historia, pueblos de origen celta profundamente ligados a la naturaleza, antiguos gremios herméticos, órdenes medievales, etc.
No olvidemos que lo más importante es siempre el LUGAR. Todos los fenómenos anómalos e inexplicables que se dan en ellos, ocurren para señalar dicho lugar y de ahí, que se construyan dólmenes, ermitas, santuarios o catedrales en el sitio preciso y marcado.
Los lugares mágicos de poder, contienen en sí la posibilidad del Axis Mundi, de la corriente energética que liga al profano a lo sagrado, la Tierra al Cielo, vinculándonos a nuestra propia espiritualidad. “Toda una geografía sagrada por descubrir y que se desvela en cada uno de estos lugares”.
“Ayuda a la Naturaleza, conócela y coopera con ella y la Naturaleza te tendrá como a uno de sus creadores y se volverá obediente; Y delante de tí abrirá, de par en par, los portales de sus secretos. Ella mostrará sus tesoros sólo al Ojo del Espíritu, el Ojo que nunca se cierra, el Ojo para el cual no existe velo en todos sus reinos”
Libro Tibetano de los Preceptos de Oro